El extraño caso del Dr Jekyll y Mr Hyde

Esta novela se ha convertido en una pieza central del concepto de la cultura occidental del conflicto interior del ser humano entre el bien y el mal. También ha sido considerada como una de las mejores descripciones del período victoriano por su perforante descripción de la dicotomía fundamental del siglo XIX: Respetabilidad externa y lujuria interna. Y su tendencia a la hipocresía social.

Se han sugerido varias influencias para el interés de Stevenson sobre el estado moral que separa al pecador de su propia moral. Entre ellas se encuentran la figura de William Brodie, aparente modelo de ciudadano del siglo XVIII, rector de una comunidad y concejal del Ayuntamiento. De día era un ejemplo de conducta cívica, pero de noche se convertía en jugador y ladrón y llegaba a cometer hurtos sin despertar las sospechas de nadie. Ni siquiera estaban enteradas sus dos amantes, con quienes tuvo cinco hijos.

Por otro lado la novela Memorias privadas y confesiones de un pecador justificado de James Hogg, en la que un hombre es animado al crimen por un hombre que resulta ser el diablo.

Los géneros literarios que los críticos han utilizado para calificar la novela incluyen: la alegoría religiosa, la fábula, la novela policíaca, literatura de doppelgänger, cuentos diabólicos escoceses o la novela gótica. Se discute si es un relato de ciencia ficción, debido a que la transformación se produce por la alteración de las sales de la poción.

Stevenson nunca llega a decir cuáles son exactamente los placeres que Hyde obtiene en sus incursiones, limitándose a decir que se trata de algo de una naturaleza mala, lujuriosa y aborrecible para la moral religiosa victoriana. Sin embargo, varios científicos a finales del siglo XIX, desde la perspectiva del darwinismo social también empezaban a estudiar otras supuestas influencias "biológicas" en la moral humana incluyendo: alcoholismo, drogadicción, homosexualidad, desórdenes de personalidad múltiple y atavismos.

La división interior de Jekyll ha sido vista por algunos críticos como análoga a cismas que existen en la sociedad británica. Las divisiones incluyen las divisiones sociales de la clase, las divisiones políticas entre Irlanda e Inglaterra, y las divisiones entre fuerzas religiosas y seculares.

Es señalable, por otra parte, que casi nunca se ha destacado el parentesco entre el asunto central del relato y las posteriores doctrinas freudianas sobre el desdoblamiento del "ello", sobrecargado de pulsiones sexuales y agresivas desbocadas, y el débil "yo", de estructura endeble, ante el mismo. La asociación, para el conocedor del psicoanálisis, es casi inevitable. Así, deslumbra que la narración de Stevenson, en el plano de la ficción, se haya anticipado, a grandes rasgos, a la topología del psiquismo, que Freud describiera dos décadas después.

Lo deslumbrante, desconcertante, del relato de Stevenson, es que la historia de estos dobles inquietantes, constituye, a grandes rasgos -como anticipamos- un adelanto de lo que Freud presentó como modelo del psiquismo dos décadas después. Pero no es ésta la única razón para leer y analizar la novela, también impresionan en gran medida, las descripciones de Londres, de su atmósfera sobrecargada. La confusión casi laberíntica por las callejas en que se esfuma Mr Hyde cuando -a hurtadillas- penetra por la misteriosa puerta de la casona. En tal panorama se difuminan los contornos de los objetos habituales cuando la niebla se arrastra por los tenebrosos callejones y solamente las hieráticas farolas de gas ofrecen su pálida y macilenta luz.

Comentarios

Publicar un comentario