En El monstruo su protagonista, Buenaventura, es tratado de igual forma. Es una persona que vive en soledad, alejada de las actividades cotidianas de los habitantes del pueblo aunque se comporta especialmente bien con su familia (en especial con su sobrino Domingo) y no causa ningún tipo de problema con el resto de vecinos, salvo algún que otro susto al encontrarse por la noche con él y es que su aspecto es terrorífico.
Sobre Buenaventura se dicen muchas cosas pero su leyenda se acrecenta cuando Devota, una mujer que no duda en satisfacer sus lascivos deseos con cualquier hombre, le señala como su próxima víctima carnal. Venancio, esposo de ésta, descubrirá la deshonra pero su mujer le convence diciendo que el propio Buenaventura fue el causante del ataque y que estaba temiendo por su vida. Tras el engaño aparecen animales brutalmente asesinados y hasta el cuerpo moribundo de una niña mientras los testigos creen haber visto la figura de un hombre lobo merodeando por el pueblo.
Tras la finalización de este intenso relato escrito por Juan José Plans, se resumen dos casos reales de licantropía, el de Gilles Garnier y Jean Grenier. Dos demostraciones de peso que confirman la existencia de esta ¿enfermedad? sobrenatural.
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