José Antonio Valverde toma como punto de partida un relato del autor de Drácula, Bram Stoker (1847-1912). Se trata de un relato poco conocido, La casa del juez, y aunque es una versión libre, Valverde respeta íntegramente su argumento.
Su protagonista, un joven llamado Malcom Malcolmson, se está preparando para unas oposiciones que debe superar dentro de poco, pero el bullicio de la capital le priva de la necesaria concentración para zambullirse plenamente en el estudio. Aconsejado sabiamente por uno de sus amigos, decide hacer las maletas y coger un tren que le llevará al mismo corazón de Inglaterra, concretamente a un pueblecito llamado Benchurch, en el que sus gentes son maravillosas y hospitalarias pero aún viven instalados en el miedo y la superstición.
A la mañana siguiente de su llegada, Malcolmson decide alquilar un viejo caserón a las afueras en el que supone logrará hallar la concentración que anda buscando. Una casa que en tiempos pasados perteneció a un juez de semblante cruel y despiadado, una persona que aterrorizó la comarca con el inhumano rigor de sus sentencias. Según los lugareños, se le llegó a comparar con el mismísimo diablo.
Todos aquellos que han llegado a conocer a Malcolmson le ruegan que desista de pasar una sola noche en aquella vivienda. Malcolmson, pese agradecer tantas muestras de afecto y preocupación, considera que dichos temores no tienen fundamento alguno y se instala definitivamente en la casa del juez. ¿Será esa una sabia decisión?
El reparto lo encabeza José María del Río, secundado por Raquel Rodrigo, Rafael Cabarcos, Marta María Gosálvez, Pablo Jiménez, José Manuel Martín, José Enrique Camacho, Aníbal Vela, José Lahoz y Enrique Rincón. Narrador, Luis Alonso Carrasco. Efectos especiales, Bernard Domingo y Joaquín Úbeda. Control y registro de sonido, Armando Multedo y Adolfo Abarca. Montaje Musical, Pilar de la Peña. Dirección y realización, Domingo Almendros.
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